The Personal Branding Magazine, Ed. 3

La Inteligencia Artificial es como el fuego: puede ser nuestra mejor amiga o nuestra peor pesadilla, dependiendo de cómo la manejemos.”

Esta es una frase de Sebastian Thrun, uno de los grandes expertos a nivel mundial sobre Inteligencia Artificial. La frase no sólo me hace mucho sentido sino que refleja exactamente el momentum en que nos encontramos todos los que nos inquieta el tema.

Le pregunté a ChatGPT, a Bard, a Perplexity y a varios otros, lo mismo: ¿Cómo lograr humanizar los procesos de Personal Branding que usan y usarán Inteligencia Artificial?

Todos me respondieron lo mismo, pero con palabras distintas y con diferentes construcciones de frases: “Lo primero, será analizar más y mejor las emociones de las personas y detectar posibles cosas en común. Esto permitirá planificar mejor el entrenamiento de las máquinas y programas, para poder lograr que nuestros procesos obtengan resultados más efectivos, lo que generará un acercamiento genuino hacia las personas, provocando una sensación de confianza en aquellos que reciban nuestros mensajes”.

Yo no sé si ustedes ven lo mismo que yo, pero esto es terrible, complejo y complicado. Todas las respuestas de la Inteligencia Artificial van por el mismo lado: mejorar la comprensión de nuestras emociones para poder imitarlas mejor.

Ninguna de estas verdaderas estrellas de la Inteligencia Artificial que usamos casi a diario se refirió a alguna forma de tratar de mejorar nosotros, de hacernos pensar en la urgente necesidad de mantener nuestra humanidad lo más posible para recuperar, mantener y afianzar nuestra propia esencia. Al contrario, todas me “tranquilizaron” para que confiara en que tendrán rápidos avances para crear conversaciones más empáticas y mejorar la interacción con las personas, automatizando procesos y capacitando (humanizando) a agentes de servicio al cliente.

Terrorífico.

Algunas preguntas que me quitan el sueño:

¿No deberíamos buscar la forma en que la Inteligencia Artificial sea una herramienta para amplificar la inteligencia humana y no para reemplazarla?

¿No deberíamos ver a la Inteligencia Artificial como una oportunidad para mejorar la vida de las personas, y no para reemplazarlas?

Yo de verdad quiero pensar y creer que la Inteligencia Artificial es una herramienta, una tecnología, que debería ayudarnos a resolver algunos de los grandes desafíos de la humanidad. La Inteligencia Artificial debería ayudarnos a comprender cómo funciona la inteligencia humana y no tratar de imitarla. Enseñarnos cómo aprendemos, para mejorar esos mismos procesos.

¿No nos basta enseñar a la máquinas a pensar, sino también queremos enseñarles a sentir?

Tal vez todos deberíamos ponernos de acuerdo en convertir a la Inteligencia Artificial en un gran agente catalizador necesario para recuperar nuestra humanidad.

Insisto, yo quiero pensar en que si somos capaces de combinar lo mejor de la inteligencia humana y lo mejor de la Inteligencia Artificial, podremos convertir al mundo en un mejor lugar, especialmente en los procesos donde es necesaria una gran dosis de humanidad, coherencia y honestidad.

Sí, estás pensando lo mismo que yo. Un proceso de Personal Branding, para mejorar, afianzar y extender nuestra Marca Personal es parte de uno de los procesos más hermosos al que las personas podemos enfrentar: El Conócete a ti mismo de la enseñanza de los griegos, el γνωθι σεαυτόν, el mismo mensaje que te recibía en el Templo de Apolo, en la entrada del Oráculo de Delfos, “Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros. Conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses”.

Conocernos a nosotros mismos para poder proyectarnos mejor. Porque desde el conocimiento de lo propio nacen las preguntas más acertadas. Ninguna pregunta tendrá sentido si primero no se responde a la más importante: “¿Quién soy?”

Conocernos a nosotros mismos es un proceso que dura toda la vida, por la sencilla razón que nosotros cambiamos, crecemos, mejoramos, avanzamos. No somos lo mismo ni los mismos siempre. La esencia permanece, la humanidad persiste, pero hay matices.

No tengas miedo de ser diferente y disruptivo en tu enfoque de Marca Personal. Eso hará que sea memorable. La disrupción y tu propio conocimiento de ti mismo te ayudará a destacarte en un mercado saturado, con mucho humo, lleno de obviedades, perfiles idénticos y una uniformidad agotadora. La automatización es enemiga de la espontaneidad, de la libertad de elegir, de la autonomía. Una dosis de creatividad es mejor que el más  sofisticado de los algoritmos de predicción.

¿No sería maravillosamente genial y disruptivo que la propia Inteligencia Artificial nos permitiera ser más humanos?

Tal vez en un futuro cercano, a la vuelta de la esquina, lo verdaderamente disruptivo será no usar Inteligencia Artificial en procesos de Personal Branding.

Tal vez en un futuro, aún más cercano, podamos hacer de nuestra Marca Personal algo, de verdad, más personal que nunca.

© Roberto Arancibia

Fuego amigo, fuego enemigo, fuego disruptivo